martes, 1 de septiembre de 2015

En algún momento te has detenido a preguntarte ¿Qué paso con los que vieron la cruz donde fue crucificado Jesús?, ¿Qué pasaba por la mente de los que estaban allí?, ¿Qué vieron los que tuvieron el privilegio de presenciar el acto más grande que se haya hecho en toda la historia de la humanidad?, un acto que dividió la historia en dos y que compró la redención del hombre, el cual sin duda alguna va a determinar el destino de toda la humanidad, ya que nadie se podrá zafar jamás del sacrificio de Jesús en la cruz.

La palabra de Dios, en los cuatro evangelios nos detalla este poderoso acto desde  diferentes perspectivas. Por ejemplo, en el libro de Mateo, capítulo  27, del verso 15 en adelante, nos relata sobre los escribas y fariseos, que no lograron ver que era el mesías al que llevaban a la Cruz del calvario, ellos veían a un hombre que les era de tropiezo en su negocio y pensaban que al crucificarle se quitarían un problema de encima, ya que al hacer más milagros que ellos, al sanar a muchas más personas, al hacer en poco tiempo lo que ellos nunca lograrían hacer y sobre todo al acabar con el imperio religioso que ellos habían montado, quisieron deshacerse de él creyendo que era una persona cualquiera a la que estaban llevando a crucificar.

Pero todo esto ocurre porque Jesús vio que él podía mostrar su gran amor,  misericordia y compasión a través de su sacrificio y pesar, que él conocía los pensamientos de las personas que estaban viendo aquel acto, aquellos que se llenaban de compasión, los que se burlaban, los que se sintieron traicionados al ver que no se libraba a sí mismo de lo que le venía o los que veían a un hombre insignificante morir, en medio de todas las dudas que invadían la mente de los que eran testigo de aquel acto, Jesús sin sentirse maltratado u ofendido pensaba en el gran amor que tenia por todos y en la redención que les daría por medio de este sacrificio.

La verdad es que desconozco tu condición de pecado, pero quiero decirte que  para eso Jesús decidió morir en esa Cruz, para liberarte y absolverte de cualquier falla que hayas cometido y así poder darte una nueva vida. Realmente es triste que en ese tiempo nadie pueda ver lo que este sacrificio significaba para toda la humanidad y el cambio que traería, pero hoy tú puedes verlo y reconocer que Jesús vino a darte una nueva oportunidad de vida, de cambio, de liberación. No puedo culminar este escrito sin preguntarte ¿Qué estás viendo tú en la Cruz?  ¿Vas tú a menospreciar este sacrificio?  O ¿Vas a apropiarte de esta nueva vida que Jesús te brinda?

Dios te Bendiga.
Pastor Richard Rodríguez.