Estamos viviendo
tiempos muy peligrosos, ya que se ha levantado una generación maligna y
perversa. Hoy más que nunca existe mucha rebeldía en el corazón de los jóvenes
y tú como padre debes tomar la decisión correcta para hacer de ellos hombres y
mujeres de bien; puedes criticarlos y golpearlos o puedes ir más allá y ganarte
su corazón, porque es esta la única forma de rescatarlos del mal camino.
Dios quiere traer
salvación a esta nueva generación, no te quedes viendo lo que el diablo está
haciendo con ellos, pon más atención al
mover que Dios está trayendo a la vida de los jóvenes. Te aconsejo que no les
prohíbas a tus hijos las cosas que el Espíritu Santo va a usar para cambiarlos,
por el contrario motívalos a buscar a Dios, porque lo que tú no puedes lograr
como padre, él si lo puede lograr.
Con esto no quiero
decir que te quedes de manos cruzadas, muchas veces la corrección será
necesaria, pero debes ser sabio al hacerlo, para que esa corrección no se
convierta en un maltrato y termines dañando su espíritu. No podrás ayudarlos a
vencer la rebeldía y la altivez con un espíritu de orgullo, cayendo en el
maltrato físico y verbal, eso solo te servirá para drenar tu rabia pero nunca
producirá en ellos una transformación.
Sé paciente con tus
hijos, recuerda que una vez fuiste joven
y también cometiste muchos errores, a pesar de las debilidades que puedan
tener, no los menosprecies ni los descartes, tómalos en cuenta, pues el Espíritu Santo aun puede hacer cosas grandes
en sus vidas. Creamos en los jóvenes y ayudémoslos a conquistar lo que Dios tiene para ellos.
Querido amigo,
bendice a tus hijos aunque desees castigarlos rudamente, comienza a declarar
las cosas buenas que quieres ver en
ellos, te aseguro que ganarás más declarando la palabra de Dios sobre ellos que
golpeándolos. Corrige a tus hijos con firmeza, pero en medio de eso abrázalos y
exprésales tu amor. ¡Dios te necesita para llevar a esos
jóvenes a un lugar de éxito y victoria!
Dios te bendiga.
Pastor Richard Rodríguez