El Espíritu Santo me inspiró a hablarte de este sencillo pero poderoso tema que tiene que ver con el vino, que es Jesús. La biblia, específicamente en Juan 2:1, nos reseña el momento en el que Jesús realizó su primer milagro, fue en las bodas de Caná, cuando convirtió el agua en vino. Era una costumbre que en las bodas hubiera vino, en el caso de que éste llegase a faltar era considerado una falta de respeto. Meditando en ésta palabra, pude entender que ese milagro fue significativo y que hasta nuestros días Jesús sigue convirtiendo el agua vino.
En estos tiempos Jesús es el vino que viene para restaurar tu vida, tu matrimonio y aún tu entorno. El vino representa gozo, alegría, paz, amor, es muy importante entender esto, porque mucha gente aún cuando estuvieron en el mundo practicando cualquier tipo de pecado, al refugiarse en Jesús, sus vidas fueron transformadas; esa tristeza que operaba en ellos fue sustituida por la alegría y el gozo que únicamente Cristo nos puede dar, donde solo había ruina, miseria, escasez y repudio, ahora hay victoria, abundancia y aceptación. Esto es algo que todos podemos lograr, porque la palabra de Dios dice en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Pero hay algo en especial que llama mi atención y es el saber que en muchas personas está escaseando el vino, esto sucede porque después de haberse convertido a Jesús, al pasar el tiempo esos mismos creyentes se estancan, es decir, ya no son las mismas personas gozosas, alegres, fervorosas, puntuales a los servicios, que hacían lo posible por asistir a la iglesia, por el contrario, en muchos casos dejan de asistir y terminan convirtiéndose en creyentes espiritualmente paralizados; todo esto se debe a la falta de vino en sus vidas.
Quiero decirles a todos aquellos que han permanecido en esta condición que vengan a Jesús, porque así como Jesús convirtió el agua en vino y el maestresala o el catador de vinos probó y consideró que éste era mejor que el primero, de la misma manera el Espíritu Santo ha probado el vino y te dice que Dios reservó el mejor para estos tiempos, y lo hizo para aquellos que reconocen la necesidad de ser saciados por él, es por ello que para este tiempo veremos una revolución de jóvenes como nunca antes manifiesta en esta generación. La iglesia debe salir a las calles a predicarles a las personas del amor de Dios, ya que hoy en día hay sed de él, sed por su presencia, por un cambio genuino en sus vidas y es sólo Jesucristo quien puede dar el buen vino.
Así como Jesús dejó el mejor vino para el final, de la misma manera quiere obrar en este tiempo; él ha reservado grandes bendiciones para tu vida, porque es su voluntad hacerte libre de todo espíritu de condenación que el mundo te causó; pues cuando él llega todo esquema y estructura es quebrantada. Por tal motivo es importante que entiendas que el deseo de Dios es transformarte y que cualquiera que sea tu circunstancia tú cuentas para él y él cuenta contigo, sólo en Cristo está la respuesta al cambio que por mucho tiempo has esperado, Dios no desestima a nadie. Mi intención con este escrito es que seas muy bendecido y que el vino de Jesús cambie hoy tu vida por completo.
¡Dios te bendiga! Pastor Richard Rodríguez.
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