En este día Dios me
ha dado una nueva oportunidad de bendecirte y quiero hacerlo con un poderoso
mensaje que te permitirá tener victoria sobre el pecado, se trata del hecho de
conocerte a ti mismo. Por lo general, somos conscientes de lo bueno que podemos
ser, pero hay un área de nuestras vidas que debemos conocer y es que todo ser
humano tiene el potencial en su carne, de hacer lo malo o pecar.
Podemos ver en la
palabra de Dios, en 2 de Samuel 11, como el Rey David fue tentado al fijarse en
Betsabé, una mujer comprometida, fue tal su fijación hacia ella que esto lo
llevo tramar la muerte de su marido, para luego convertirla en su mujer. ¿Qué
sucedió? ¿Cómo una persona que tenía un corazón conforme al de Dios pudo
cometer semejante pecado?, lo que sucede es que todo hombre es capaz de pecar;
pero algo en especial pasó con David, cuando le fue confrontado su pecado, admitió su rebelión (Salmo 51), le
pidió a Dios que tuviera misericordia de él y lo lavara de su maldad, reconoció que el pecado estaba siempre
delante de él; indicando esto que nuestra inclinación a pecar está
continuamente delante de nosotros.
Esto nos permite entender
que satanás siempre buscará ocasión para tentarnos; porque él se aprovecha de
aquello por lo que somos atraídos y seducidos y nos pone oportunidades para que
pequemos, pero es importante que sepas que él no te puede obligar a pecar, esta es una decisión
que sólo tú puedes tomar. Un ejemplo de esto es la vida de Jesús, él era capaz de pecar pero decidió
no hacerlo, nunca pecó y no hubo engaño en su boca; el vencer la tentación en
el desierto fue una victoria para él y la obtuvo en su condición de hombre, no
como Dios.
¿Qué quiero decir con esto? ¿Qué nunca serás
tentado?, ¡No! al contrario, lo que quiero expresarte es que tú siempre serás
tentado, siempre satanás te inducirá a hacer lo malo, pues nunca llegarás a un grado
de santidad donde desaparezca la ocasión para pecar, pero tenemos a un sumo sacerdote que fue tentado
en todo, Jesucristo, y en él podemos vencer el pecado.
Dios no espera de
nosotros caretas ni posturas religiosas, sino que vayamos a él con un corazón
contrito y humillado, quiere que confiemos en su justicia y en su poder para
librarnos de cualquier circunstancia. Cuando abrimos nuestro corazón a él y le
contamos nuestros sentimientos, interrumpimos ese deseo de pecar por medio de
su palabra. Mi consejo para ti, es que te humilles y reconozcas ante él todo
aquello de lo que eres capaz, como lo hizo David, reconoce tus rebeliones,
empieza en oración a admitir que necesitas ayuda, no te engañes más y no sigas
echándole la culpa al diablo, si estas siendo tentado reconoce que estás a
punto de pecar para que seas librado por Dios. De manera que cuando satanás se
presente ante ti, estarás tan fortalecido que la tentación tendrá que huir.
Por último, guárdate
de situaciones incorrectas donde puedas ser seducido y chantajeado por el
diablo. ¡Recuerda! la ocasión de pecar siempre se te va a parar al frente y sólo
por medio de Jesucristo podrá tener victoria sobre el pecado.
¡Sé libre de toda condenación
en tu vida! Pastor Richard Rodríguez.
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