En esta oportunidad, mi deseo es que se
desprendan de todo lo que ocupe el primer lugar en sus corazones que no sea
Cristo y puedan llegar al lugar de destino que Dios tiene preparado para cada
uno.
En la palabra del Señor tenemos muchos
ejemplos de personas que pagaron un alto precio por conocer a Jesús. En estos
tiempos con una mayor revelación podemos ver gente que reciben la salvación,
quieren los beneficios, pero no han permitido que Cristo se revele a sus vidas,
por el hecho de querer vivir sin
renunciar a esas cosas que le impiden tener una nueva experiencia con Dios.
En el libro de Filipenses, capítulo 3, el
apóstol Pablo hace una declaración impactante:
“…pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por
amor de Cristo, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, a
fin de conocerle, llegando a ser semejante a él en su muerte, olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante prosigo a
la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
Pablo en un tiempo creía que estaba
ganando, pensaba que estaba haciendo las cosas bien e iba por buen camino, pero
cuando se encuentra con Jesús se da cuenta que estaba desenfocado y decide
renunciar a cosas que no necesariamente eran malas, pero que le impedían
conocer la excelencia de Jesús, le impedían tener una experiencia real y
genuina con Cristo. De igual modo tú nunca avanzarás en tu vida
espiritual y secular a menos que decidas reconocer que muchas veces estás
perdiendo el tiempo en cosas que no son eternas.
Es fácil renunciar a lo que no te agrada
¿pero qué si te gusta?¿Estás dispuesto a dejarlas?. Muchas personas quieren a
Jesús como su salvador, quieren que él les cambie el matrimonio, los hijos, la
mala situación financiera, pero no lo quieren como su Señor, no quieren que les
enseñe a conducirse y a renunciar a cosas que traen del mundo.
Dios promete en su palabra que el que
pierda su vida por causa de él la hallará. Él siempre tiene algo más para ti, atrévete
a pagar el precio de conocerle verdaderamente; caminando en santidad e
integridad, manteniendo una comunión íntima con Jesús, para que tu vida sea
transformada por completo ¿Estás dispuesto?.
¡Dios te bendiga! Pastor
Richard Rodríguez.