martes, 30 de julio de 2013



La palabra de Dios en el Salmo 8 nos reseña: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra”. Por muchos años esta porción de la palabra se ha leído de una manera despectiva, siendo un salmo que fue escrito en término admirativo, indicando que si Dios creó cosas más grandes y esplendorosas  que el hombre, debe existir una razón por la cual lo escogió  para soplar de su espíritu en él.

Muchas veces cuando escuchamos que el hombre fue hecho del barro, podemos pensar que es un ser insignificante y que no vale nada, pero nos equivocamos pensando así, pues, cuando Dios creó al hombre a su imagen y semejanza depositó en él todo su potencial y capacidad, por lo tanto,  es el único ser que nace y aprende a desarrollarse con la imagen y características de Dios.

Es por esto que Satanás aborrece al hombre y siempre va a tratar de desvirtuar y degradar la imagen que ha recibido de Dios, él hará lo posible para que pierda su destino y propósito, porque sabe lo que éste representa y  el gran potencial que Dios depositó en él. Un ejemplo de esto es cuando satanás  logra confundir a un hombre a tal punto que lo hace creer que es mujer, convirtiéndolo en homosexual, él se goza, porque sabe que mientras  esta persona   esté bajo esa condición,  nunca descubrirá la imagen de Dios en su vida y el verdadero propósito para el cual fue creado.

Querido amigo, ¿tienes idea de lo que Dios soplo sobre en ti cuando te creó? no sopló solo aire, él sopló vida, sabiduría, poder, autoridad, unción, bendición, gloria, inteligencia, capacidad de hablar, pensar y razonar. Tú puedes ser mucho más de lo que eres hoy, puedes ser transformado  hasta lograr vivir en el nivel que Dios diseño para ti. No te conformes con lo   que has logrado hasta ahora, ¡utiliza el tesoro que llevas dentro para alcanzar grandes cosas en Dios!

¡Dios te bendiga! Pastor Richard Rodríguez.

jueves, 4 de julio de 2013

Algo que he podido notar en nuestros tiempos es un evangelio en el cual la sangre de Cristo no se le da importancia y no es tomada en cuenta, simplemente es una filosofía más, una religión muerta y vacía, sin darse cuenta de que la sangre de Cristo es una de las cosas que le da forma y fisonomía a nuestra fe, un evangelio sin la sangre de Jesús no es evangelio, pues fue Dios el que estableció que por medio de ella obtuviéramos la remisión de nuestros pecados. 
 
Es importante que todo creyente tenga una revelación de la sangre de Cristo en su vida y que toda iglesia tome tiempo de calidad para hablarle a sus miembros del sacrificio de Jesús en la cruz del calvario, ya que por medio de la sangre derramada en esa cruz, Dios manifiesta su inmenso amor por esta humanidad, pues fue por ella que se obtuvo la reconciliación del hombre con Dios.

Ahora bien, ¿por qué Dios hizo un pacto de sangre? Porque el hombre al pecar estaba en deuda con él, estaba destinado a pasar la eternidad en un lugar de tormento, mas cuando Jesús derrama su sangre, se está obligando a sí mismo a salvar a todo aquel que crea en esa sangre que él derramo. Un pacto de sangre envuelve juramentos y obligaciones, los cuales debemos obedecer para que éste funcione, por lo tanto es imposible que una persona que cumpla el nuevo pacto establecido por Dios le vaya mal, si un hombre como Abraham que hacía pactos derramando sangre de animales en sacrificio a Dios, fue tan bendecido y prosperado, imagínate cuantos mayores beneficios podremos obtener nosotros por medio de la sangre de Cristo.

Por todo esto, apreciado amigo, te invito a que no tengas miedo, ni te avergüences de ser evangélico, invoca la sangre de Cristo todos los días de tu vida, porque sólo a través de la fe en esa sangre podrás apropiarte de todas las promesas que Dios dejó en su palabra para ti. Si tú quieres prosperar y que toda maldición se vaya de tu casa, prueba invocando el pacto de la sangre de Jesús.

¡Espero que seas muy bendecido! Pastor Richard Rodríguez