La muerte de Jesús en la
cruz y el derramamiento de su sangre constituyen la sabiduría oculta y el plan
estratega que Dios tenía preparado desde el principio de los tiempos para
derrotar al pecado y al diablo, la palabra de Dios dice en 1era de Corintios
1:25. “Porque lo insensato de Dios
es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres”,
en este sentido puedo asegurar que Jesús en la cruz no es ningún derrotado, es
un vencedor.
Fue
la sangre de Cristo derramada en la cruz fue la que libertó a la raza humana y
la limpió del pecado, pero quizás te preguntarás ¿Por qué Dios utilizó la
sangre de Jesús?:
1. Porque
nadie tiene mayor amor que este; que alguno dé su vida por otro: La
demostración más grande de amor por la
humanidad fue el derramamiento de la sangre de Cristo en el madero. Jesús te amo
a pesar de tu condición de pecado y murió en el madero para hacerte libre de
él.
2. Porque
en la sangre es donde está la vida: Nuestra sangre fue contaminada producto del
pecado, convirtiéndose en portadora del mismo. Se requería una sangre inocente
para purificarla, por eso Dios tuvo que
hacerse hombre para derramar una sangre que no estuviera contaminada con el
pecado. La sangre que Jesús derramó contiene la vida que nuestra sangre
necesita.
3. Porque
la sangre es lo más valioso que se puede poseer: Cuando Jesús derrama su sangre
le demuestra al ser humano el inmenso valor que tiene para Dios, dejándola como
sello de su pacto y como la garantía más grande del cumplimiento sus promesas.
4. Sólo
una sangre bendita podría quebrantar toda maldición: Cristo a través de su
sangre nos redimió de la maldición del pecado, para hacernos bendición, porque se necesitaba una sangre bendita para
quebrantar toda maldición en nuestras vidas.
La
sangre de Cristo trae bendición donde hay maldición, trae paz donde hay
contienda. En la sangre de Cristo es donde está la vida eterna y el poder para
liberar al hombre de la maldición del pecado. Estimado lector te invito a
invocar esa sangre sobre cada área de tu vida, para que la derrota y el fracaso que el pecado
provocó sean quebrantados y comiences a disfrutar de la bendición de Dios.
¡Dios
te bendiga! Pastor Richard Rodríguez
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