viernes, 31 de octubre de 2014


El reino de Dios rebosa de salvación, poder y riquezas inigualables. Este reino desafía cualquier circunstancia y adversidad y cuando se manifiesta a tu  vida, genera cambios rotundos y evidentes a tu alrededor.

Hoy, podemos aprender a través de la oración del Padre Nuestro la necesidad que tenemos del reino de los cielos en nuestras vidas, pues, esta es una oración modelo que nos enseña cómo debemos desarrollar nuestra relación con nuestro Padre Celestial, nosotros como hijos de Dios tenemos la responsabilidad que este reino desprenda todos sus atributos; somos sus hijos y debemos santificar su nombre con una vida justa y al cumplir con los principios de su palabra por consecuencia se manifestará el reino de los cielos.

En este tiempo, en nuestro corazón debemos anhelar el reino de Dios y su justicia. Si este reino desciende sobre tu vida su poder sobrenatural te saca de la ruina o pobreza que puedas estar viviendo, te lleva a un nivel donde conquistarás  y podrás hacer cosas que otros no pueden hacer. Al  manifestarse este reino no existe área en tu vida que no pueda transformada; tu hogar, familia y matrimonio están sujetos a vivir al nivel que Dios destino para ti.

La bendición que posee el reino de Dios es gloriosa, y fuimos comprados a precio de sangre; somos sus herederos y fuimos trasladados del reino de las tinieblas al reino de su amado hijo, es por esto que el poder de este reino es una potencia que destruye las obras de las tinieblas desplazando la miseria y toda enfermedad. Si tú crees y confiesas que el reino de Dios va a descender sobre tu vida, los cambios que estás a punto de experimentar serán evidentes y la obra de Jesús en tu vida transformará tu corazón llenándote de su amor y sus bondades.

Amigo lector, hoy te invitamos a que ensanches tu corazón este es el momento de que el reino de Dios se manifieste en tu vida. Si has estado viviendo en el reino de las tinieblas, abre tu boca y confiesa que Jesús es tu salvador y puedes estar seguro que desde este mismo instante serás parte del reino de Dios.


¡Dios te bendiga! Pastor Richard Rodríguez.

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