En
esta vida existen dos reinos; uno es el reino de las tinieblas y el otro el
reino de los cielos, en el reino de las tinieblas reina la enfermedad, la
ruina, la miseria, el fracaso, el divorcio, la fornicación, el adulterio y la
muerte. Tal vez suene un poco duro, pero todos venimos de este reino y sin
darnos cuenta algunos éramos usados para matar, robar y destruir. En ocasiones
este reino se apodera de las personas de tal manera, que puede hacerlos perder
el sentido y dejarlos en un estado de abandono total, porque con este se
manifiesta todo lo impuro, lo diabólico y lo sucio.
Pero
Jesucristo fue manifestado al mundo y consigo también el Reino de los cielos
(Mateo 4:17). Cuando Jesús vino a la tierra, también vino la sanidad, la paz,
el amor, la trasformación y la prosperidad. Dice en la biblia que por donde
Jesús pasaba dejaba abundancia y
bendición y es eso lo que él quiere darte hoy, solo tienes que abrirle
tu corazón para que pueda entrar junto con el reino de los cielos y mudarte a
esa vida de abundancia que él te ofrece.
Querido
amigo lector, dice en la palabra de Dios que aquellos que hemos entregado
nuestro corazón a Jesús fuimos trasladados del reino de las tinieblas al reino
de Dios, me pregunto entonces ¿Por qué causa tendríamos nosotros que seguir
viviendo en derrota, en miseria y en ruina? Tal vez esto se deba a que muchos cristianos hoy en día, aunque le abrieron su corazón a Jesús no han
visto sus bondades en sus vidas, porque a pesar de haberse cambiado de reino
estaban tan sumergidos en tinieblas que se acostumbraron a vivir en su antiguo
reino y no han podido hacer la
transición espiritual, es decir, no le han sacado provecho a los beneficios que
Dios les brinda.
El
reino de los cielos es la provisión de Dios para que podamos vivir en la
tierra, como si viviéramos junto al padre en los cielos; uno de sus secretos es que al principio no se
ve, pero si somos perseverantes y fieles a su palabra este terminará por
manifestarse de una manera inimaginable. Es por eso que es comparado con un
grano de mostaza, que vino a ser las más pequeña de todas las semillas, pero
cuando crece viene a ser las más grande de todas las hortalizas y sin darnos
cuenta invade nuestras vidas hasta
transformarlas por completo.
Mi
mensaje para ti que estás leyendo estas líneas, es que no te dejes llevar por
lo que ves ahora, simplemente siembra el reino de los cielos en tu vida y
cuando menos lo esperes verás una bendición inimaginable que arropará todo lo
que ves, y te digo siembra, porque es así como actúa este reino, es como una
semilla que germina y crece sin que te des cuenta. Este Reino es un misterio y
se recibe por fe, porque tiene el poder darte espiritualmente lo que en lo
natural no tienes. Así que, querido amigo, no sigas atacando tus problemas con
religión y dogmas, simplemente pídele a Dios que traiga su Reino a tu vida,
empodéralo en tu casa y en tu familia y sobre todo cuida tus actitudes, porque
son estas las que cierran o abren el Reino de los cielos en nuestra vida.
¡Dios
te bendiga!
Pastor
Richard Rodríguez.
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