miércoles, 13 de junio de 2012



Estimado lector, en esta oportunidad te hablaré acerca de las tres dimensiones en la cual opera la gracia, si hay algo que todo cristiano debe conocer es la gracia de Dios en su vida, pues no conocer su poder puede convertirse en una desgracia. Experimentar las riquezas de la gracia es glorioso, por ello es necesario que diariamente hagas una demanda de ella para convertirla en una experiencia de vida  y no una doctrina o conocimiento humano.

La gracia de Dios es tan importante que se puede apreciar en las sagradas escrituras como el apóstol Pablo siempre la declaraba en sus epístolas, ya que sin lugar a dudas el sabía que era la única manera de obtener la victoria en la vida cristiana. Asimismo, vivir bajo la influencia de la gracia de Dios es tan poderoso que es imposible que puedas vivir en derrota, pecado, miseria y problemas.

La gracia de Dios opera sobre el pecador, esta es la primera dimensión en que esta actúa, salva al perdido y lo liberta de la maldición del pecado.  En esta etapa de la gracia se manifiesta el amor del Padre hacia la humanidad al enviar  a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16). En este fragmento podemos observar como la gracia de Dios se hace visible al mundo. En tal sentido, Dios ama a todos los seres humanos no importando la condición en que este se encuentre, Dios no vino a salvar justos sino a pecadores, es por ello que su gracia fue diseñada  para sacar al hombre de su inmundicia, si sus pecados eran rojos ahora sean como la blanca lana y este ahora sea templo del Espíritu Santo. Nunca fue el deseo de Dios que el hombre fuere limpio y luego volviera a sus malos caminos. Allí es donde la gracia pasa a otra dimensión, una vez que el hombre es salvo esta no termina, ni debe engavetarse en un cajón, ahora es cuando el creyente necesita que la gracia sobreabunde en su vida para no volverse al pecado. La palabra de Dios dice en Hebreos 4:15-16 que tenemos un sumo sacerdote que fue tentado en todo, pero sin pecado, lamentablemente el concepto de gracia que tienen algunos creyentes es que cuando viene la tentación  pecan y luego piden la gracia de Dios, pero la verdadera gracia es que cuando viene la tentación puedas pedir la gracia de Dios para ser fortalecido y así no consumar el pecado. Querido amigo y hermano nuestro Señor no quiere que tú empañes la nueva vida que ha nacido en ti, por eso el se proveyó del oportuno socorro ante las debilidades que es su gracia, la cual hace que el hombre más débil se convierta en fuerte, y que tengas una vida de victoria y autoridad sobre el pecado.

 La tercera dimensión en la cual opera la gracia de Dios, y no menos poderosa que los puntos anteriores, es que esta quiere bendecirte, prosperarte y quebrantar toda miseria y enfermedad sobre tu vida. El creyente que se encuentra en esta tercera esfera de la gracia comienza a ser renovarse, su vida comienza a cambiar y a tener una autoridad que viene del cielo, aun el hombre que tiene la esposa más rebelde esta comienza a sometérsele porque su autoridad viene de adentro, de su espíritu, y no de afuera con regaños y maltratos. A este tipo de creyente todo le sale bien por la gracia de Dios.

Examina tu vida, si aún te va mal, no prosperas ni sales adelante es probable que estés jugando en el primer escalón de la gracia, donde pecas, te arrepientes y vuelves a pecar. ¡Deja de jugar con la gracia de Dios!, Mejor arrepiéntete y comienza a clamar y a suplicar a Dios por ella. Echa mano de la maravillosa gracia de Dios. Cuando tú permitas que Dios te saque del pecado por medio de la gracia, te mantengas firme y él te lleve a una vida de prosperidad y bendición, entonces terminarás disfrutando tu vida legalmente con más dinero, con más salud, con más vida y con más gozo, sin necesidad de hacer lo malo delante de los ojos de Dios.

Que la paz de Dios este con todos ustedes,  Pastor Richard Rodríguez.


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