martes, 14 de enero de 2014

La santa cena es un sacramento instituido por Dios en las escrituras con un propósito glorioso; para traer una revelación a su pueblo del sacrificio de Jesús en la cruz y para que el creyente tenga comunión con el cuerpo y la sangre de Cristo, solo aquel que ha creído en Jesús y se ha arrepentido de sus pecados puede ser partícipe de este sacramento.

En  1ª Corintios 11:26-29 se nos explica  que si la  tomamos indignamente estamos  comiendo  juicio, la iglesia tradicional ha hecho énfasis en este aspecto y no está mal pero al ser el único enfoque que se la ha dado la han  convertido en un acto religioso,  razón por la cual muchos cristianos han dejado de recibir las bendiciones que esta nos brinda al tomarla, porque lo hacen sin la revelación de lo que esta significa, es decir la toman con miedo; ciertamente  debemos tener temor reverente al tomarla, pero nunca con pánico pues es una bendición y su propósito es bendecir, alentar, restaurar, animar y vivificar la iglesia.  La santa cena es una celebración, pues al hacernos partícipes del pan y el vino estamos comiendo y bebiendo vida, paz, esperanza, salud, poder y prosperidad, por medio de ella somos santificados, reconciliados y  restaurados.

Si tú has recibido a Jesús como tu salvador personal  puedes  acercarte a Dios por medio de este acto glorioso  y renovar así la comunión perdida;  no dejes de participar de ella por temor, porque el no tomar la Santa Cena equivale a decir que no crees en el sacrificio de Jesús y pones en riesgo tu salvación, tampoco la tomes pensando que comerás juicio, Dios nos ha provisto este sacramento para hacernos libres de toda condenación;  existen muchas personas en las iglesias que por haber cometido algún pecado en el pasado, por mucho tiempo se han sentido indignos de perdón y de  tomar la Santa Cena, ignorando que el participar de este acto representa una nueva oportunidad para arrepentirse y ser perdonados, pero es importante aclarar que para tomar la Santa Cena dignamente debes examinar tu vida y tomar una decisión firme de cambio, reconocer que eres salvo por el sacrificio de Jesús en la cruz y creer en el poder que tiene la sangre de Cristo para borrar todas tus rebeliones.

Querido amigo, al tomar la Santa Cena dignamente estas comiendo vida, salud, poder, liberación, milagros, santidad y todas las bendiciones que Dios tiene para ti. Dios te está llamando a su mesa para  que comas de Él, quiere que recibas todo lo que compro para ti en la cruz del calvario.

¡Dios te bendiga!

Pastor Richard Rodríguez

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