miércoles, 14 de noviembre de 2012


En esta oportunidad quiero hablarte de una palabra sencilla pero muy relevante, se trata de la importancia que hay en el dar gracias. Es una realidad que hoy en  día las personas desconocen lo que es la gratitud; es muy común que al hacerle un favor a tu prójimo, aun cuando no era tu obligación, no te lo agradezca, al parecer se ha perdido la capacidad de ser agradecido.  Lo que más me desconcierta de esta situación es que esto no sólo ocurre en las personas que aún no han conocido a Cristo, sino también está afectando a la colectividad cristiana; a aquellos que asisten a la iglesia, conocen a Jesús, están conscientes del sacrificio que hizo por nosotros en la cruz y aun así les cuesta ser agradecidos con Dios. Lo que ocurre con estas personas es que no se les ha revelado la bendición que hay en el dar gracias.

En la economía del antiguo testamento la gratitud hacia Dios era una práctica continua que en muchas ocasiones  iba estrechamente ligada con la alabanza (Nehemías 11: 17), pues el acto de agradecimiento es más que una palabra, es una actitud del corazón; esto es más profundo de lo que aparenta ser, ya que hay un poder que se libera y que multiplica lo que has recibido cuando eres agradecido. No des por sentado el hecho de que Dios lo sabe, el Señor se goza y se complace cuando le manifiestas tu agradecimiento, incluso cuando tú no sientes nada, su gloria desciende. Aun cuando no has recibido de parte de Dios lo que esperas debes aprender a agradecer, dale gracias por tu milagro, por ese hijo rebelde, por tu pareja, aunque tenga mal carácter, por tu familia e incluso por esa persona que no te trata muy bien, porque pone a prueba tu paciencia. Aprende a identificar las cosas buenas en medio de la adversidad y de esta manera Dios actuará a tu favor,  tu acción de gracias de seguro cambiará tu situación.

En nosotros fue puesto un don especial, como lo es la gracia de Dios, esto no es más que el poder de Dios operando en nosotros, un poder no merecido que se manifestó para salvación a todos los hombres. Debemos reconocer que no la merecíamos y aun así nos fue dada,  no podemos menospreciarla por el simple hecho de que no pagamos un precio para obtenerlo, pues se trata de un regalo de Dios y a Jesús le costó la vida, lo menos que podemos hacer es darle gracias a Dios cada día por esta gran bendición que nos ha obsequiado.

Amado lector, si tú quieres ver la bendición de Dios en tu vida, no escuches los mensajeros del desastre, que sólo viene a proferir maldiciones sobre ti, sobre tu familia y sobre tu nación, por el contrario declara la palabra de Dios y anuncia sus maravillas, dedica un tiempo de agradecimiento a Dios a diario junto a tus seres queridos, dale gracias por el pacto, las fuerzas, el ánimo, la sabiduría y la vida que te entrego, y no olvides hacer partícipe a Dios de tus diezmos, ésta también es una forma de agradecerle por haberte sustentado y provisto de un trabajo.

Te bendigo y doy gracias a Dios por tu vida. Pastor Richard Rodríguez.               

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