martes, 16 de septiembre de 2014


Los seres humanos no escogemos donde nacemos, este es un designio que Dios elije para cada persona, pero la realidad de muchas vidas es que han nacido en lugares y familias nada agradables, rodeados por circunstancias en la cuales reina la ruina, la pobreza, el desastre, el fracaso, las enfermedades y hasta la muerte; estas no son más que maldiciones generacionales que van pasando de una generación a otra, pero hoy tengo noticias para ti, todo esto puede cambiar una vez que recibes a Jesús en tu corazón.

En Génesis 22:15-17, encontramos una historia que nos muestra cómo Dios bendijo la vida de un hombre llamado Abraham. Ahora bien, esta bendición alcanza a todo hombre o mujer que ha creído en Jesús, dándole derecho legal para alcanzar, conquistar y hacer cosas poderosas en esta vida.

Cuando eres poseído por la bendición de Abraham no solo puedes tener éxito, también puedes lograr desplazar toda maldición que arrastrabas de tus antepasados, porque en Abraham todas las familias de la tierra son benditas, por lo tanto todo lo que hagamos y emprendamos tiene que salirnos bien.

Todo creyente que vive bajo la bendición de Abraham, no se contamina con el mundo, ni sueña con el pecado; él carga en su espíritu una vida diferente, sueña con la grandeza y no se conforma, porque sabe que alcanzará cosas grandes y poderosas en Dios.

Sin embargo, debemos estar apercibidos, ya que Satanás siempre va a tratar de opacar tu bendición para que no veas lo que está en ti, mas los cielos se abren hoy para decirte que la bendición de Abraham te ayuda a ver cosas que aún no ves, por eso estamos destinados a ser perseguidos por una vida prospera y victoriosa, para así bendecir a otros. 

Apreciado amigo lector, esa vida de bendición que tanto anhelas depende de una decisión de fe, una decisión que te permitirá pasar de una una vida de fracasos a una vida de éxitos. ¡Provoca la bendición de Dios en tu vida!

¡Dios te bendiga! Pastor Richard Rodríguez 

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